Últimas palabras del sindicalista asesinado a su esposa en el bus: “¡Me mataron!"
Recibió dos tiros por la espalda cuando abrazó y cubrió a su mujer que le acompañaba en el momento.
“¡Me mataron!”, fueron las últimas palabras que Martín José Martínez Tobías le alcanzó a decir a su esposa, tras recibir dos impactos de bala por la espalda, durante el atraco a un bus de Sobusa, en el sector de la calle 17 con carrera 20.
“En ese momento mi mamá lo abraza y le da ánimo”, relató su hijo José Manuel Martínez Pérez.
El lamentable y repudiable hecho sucedió cuando el presidente del sindicato de Aluminio Reynolds se desplazaba con su esposa en el bus de Sobusa, de placas UYZ 626, siendo abordados por tres delincuentes.
“Ellos empiezan a atracar, llegan a todos los puestos de los pasajeros y cuando llegan donde mi papá le piden que se pongan de pie, lo requisan, le sacan el celular. A mi mamá le quitan el bolso que llevaba. Mi papá se sienta y ellos siguen atracando en los demás puestos y al parecer hay un forcejeo más atrás y se inicia una balacera dentro del bus y se registran 3 heridos contando en ese momento con mi papá”, narró José Manuel.
En ese instante, Martín Martínez Tobías abraza, cubre a su esposa y es cuando recibe dos impactos de bala por la espalda, que le comprometen el hígado y el colon.
En medio de todo los 3 delincuentes se bajaron y el conductor, en un acto valeroso, lleva el bus hasta el Hospital General de Barranquilla.
Allí es atendido junto con una mujer y un vendedor que también resultaron heridos durante el hecho.
A Martínez Tobías lograron controlarle las hemorragias, “pero quedó abierto y tenían que esperar 48 horas para poderlo cerrar. En ese lapso no aguantó, sufrió un infarto y murió”.
El sindicalista se disponía a llevar a su esposa a una cita médica, después de superar una serie de impases por parte de la empresa.
“Por el mismo proceso sindical de velar por el bienestar de los trabajadores, no contaban con la parte de salud, no se las estaban pagando e incluso interpuso una tutela que salió favorable, pagaron y le tocó llevar a mi mamá que tiene un problema en la vista y la fue a llevar a Oftalmología. Ella no podía ir sola y tenía que ir con un acompañante”, según precisó José Manuel Martínez.
Fue, precisamente, en ese trayecto, cuando ocurrieron los hechos en el tenebroso sector de la calle 17.
“Ha sido un suceso tras otro. No es fácil para nosotros ni para nadie tanta inseguridad que se vive, porque mi papá ya había recibido amenazas fuertes, hace aproximadamente un año y por eso él se cuidaba mucho. Pasado eso ahora nos vemos con este suceso tan lamentable, más todo lo que estaba viviendo por parte de la empresa que él como presidente del sindicato estaba llevando un proceso para que los trabajadores tuvieran lo necesario”, afirmó.
“Yo culpo a la delincuencia pero siento que esto de pronto no hubiera ocurrido si la empresa cumple con todo lo estipulado por la Ley, si de pronto le paga a tiempo”, puntualizó.
El hecho sigue reflejando el alto riesgo en el peligroso sector de la calle 17.